Viaje transparente.

Miraba desde mi balcón...

Ahí estaban, sentadas en una banca justo abajo de un gran árbol, esperando que la lluvia cesara para poder ir a casa. Que secretos escondían esas faldas tableadas de color rojo, esa blusa blanca ya transparente de la lluvia...

Una de ellas se quito el suéter, se lo dio a la indefensa que moría de frió; ¡Que buena amistad! llegue a pensar... Hasta que vi que se sumergieron en un beso tan húmedo como ese lugar, me estremecí, cerré los ojos comencé a imaginar y sucedió...

Yo, un ser transparente viaje con ellas cuando la lluvia se detuvo...

Caminaban agarradas de la mano unidas entre si, mirándose coquetamente y besándose cada cinco pasos, la gente las veía algunos sonreían y otros simplemente las ignoraban. ¿Como es que alguien puede estar en contra de esto? De un amor perfecto, sincero y con tanto que enseñarle al mundo. Me detuve un momento, pensando que ya era suficiente... Pero la curiosidad me mataba, tenia que ver su historia, contársela al mundo.

Llegaron a su destino un apartamento muy lindo con flores y detalles minimalistas, la chica se quitaba la ropa, su amor le preparaba un café mientras esto pasaba... lentamente la desnudaba, sus labios le recorrían toda la piel el calor era constante, los besos mas dulces estaban en ese apartamento; en un momento las chicas estaban desnudas, mirándose cada centímetro, acariciándose con la mirada y sonriendo al par. 

Corrieron al cuarto, una cargaba a la otra... Se sentía su desesperación por tocarla, por darle todo ese placer que sus ojos gritaban, así fue como comenzaron a amarse entre caricias, mordidas, y sus lenguas traviesas en el rincón de el placer.

Bajaba por su cuello lamiendo cada poro como si quisiera que su sabor se quedara penetrante en su ser, sus dedos traviesos en las comisuras de su vientre, entrando y saliendo como ráfagas, centellas de ritmo en sus caderas, los besos seguían y crecían cada vez mas ellas se amaban, lo gritaban en cada corrida, chorros de amor salían de su sexo, se amarraban, entregaban, se complementaban.

Parecían contorsionistas, leonas insaciables, sudaban amor y hablaban placer...

Así pasaron seis horas de aquella tarde. 

Una de ellas le pedía que terminara algo, no pude escuchar que era; comenzaron a gritar y terminaron abrazadas llorando, prometiéndose... 

Algo andaba mal, la chica salio del apartamento llorando mientras la otra estaba arreglando el cuarto. ¿Que pasa aquí? Me pregunte, en un segundo ya estaba despierto y de nuevo en el balcón... 

Trate de moverme y no puede hacerlo, grite y suplique que me ayudaran... 

La chica que se había quedado en ese apartamento era mi mujer, la misma cama, la misma cafetera, las mismas flores, la misma falda roja... 

Ella lloraba junto a mi, yo no entendía lo que pasaba pensé que seguía en mi viaje transparente... No era así; Ella me pedía que despertara; ¡No podía! simplemente no podía.

Entro un señor muy bien vestido, con un estetoscopio colgando de su cuello... Diciéndole que mi coma ya estaba muy avanzado, que debía tomar una decisión... 

Llorando ella le dijo que el balcón siempre fue mi lugar favorito de la casa y la causa de mi desgracia...

Así es, estoy en coma desde hace ya 10 años...

Mi mujer me cuida desde entonces, yo nunca había visto la realidad...

Comencé a llorar y decidí viajar mas, para que no doliera, para que sintiera que estaba de acuerdo con el amor que sentía por aquella chica...

Asintiendo con la cabeza, le dijo al doctor que me desconectara que sabia que iba a estar mejor.

Ya no vi mas, me fui feliz a la luz sabiendo que la que algún día fue mi amor estaba en brazos de su amor.

Pabada.